ES
TU DECISIÓN, LA PÉRDIDA DEL PRIMER AMOR ES UN ARMA DE DOS FILOS.
El primer amor, todos lo tenemos, es como un sueño, es mágico, poco fácil de explicar, se tiene que vivir en carne propia para saber de lo que hablo, en realidad es un ensueño del que nadie quiere despertar, pero en la mayoría de los casos al ver la realidad puedes llevarte una gran desilusión y caer en cuenta de que es eso, sólo tu primer amor, está lleno de inocencia, es amor puro y sincero, donde la pena respira, las lágrimas sonríen, el dolor es más suave, la culpa pierde su filo, el juicio olvida a quien juzgar y el miedo ya no se asusta.
En esta etapa creemos que será eterno, por lo general se vive en la adolescencia, donde inexpertos entramos y descubrimos el mundo del verdadero significado de este sentimiento, imaginamos que jamás terminará, que envejeceremos con esa persona a nuestro lado, sin embargo, el futuro probablemente nos prepara otra cosa muy diferente a lo que esperábamos, tal vez ese individuo que tanto pretendíamos amar no era para nosotros, por lo tanto nosotros pensamos que es algo seguro, algo que no se nos va a ir.
Perderlo es un arma de dos filos.
Al perder a tu primer amor es algo tremendamente fuerte, es un cambio que te provoca un fuerte impacto, sientes que te roban gran parte de tu vida, y en realidad es eso. Pierdes una hermosa etapa de tu existir, la inocencia del primer amor. Este golpe puede afectarte e influir en ti de dos formas: Levantarte y crecer a base de esto, o caerte en una inmensa infelicidad y tratar de aferrarte al primer amor lo cual es demasiado enfermizo.
El primer amor, todos lo tenemos, es como un sueño, es mágico, poco fácil de explicar, se tiene que vivir en carne propia para saber de lo que hablo, en realidad es un ensueño del que nadie quiere despertar, pero en la mayoría de los casos al ver la realidad puedes llevarte una gran desilusión y caer en cuenta de que es eso, sólo tu primer amor, está lleno de inocencia, es amor puro y sincero, donde la pena respira, las lágrimas sonríen, el dolor es más suave, la culpa pierde su filo, el juicio olvida a quien juzgar y el miedo ya no se asusta.
En esta etapa creemos que será eterno, por lo general se vive en la adolescencia, donde inexpertos entramos y descubrimos el mundo del verdadero significado de este sentimiento, imaginamos que jamás terminará, que envejeceremos con esa persona a nuestro lado, sin embargo, el futuro probablemente nos prepara otra cosa muy diferente a lo que esperábamos, tal vez ese individuo que tanto pretendíamos amar no era para nosotros, por lo tanto nosotros pensamos que es algo seguro, algo que no se nos va a ir.
Perderlo es un arma de dos filos.
Al perder a tu primer amor es algo tremendamente fuerte, es un cambio que te provoca un fuerte impacto, sientes que te roban gran parte de tu vida, y en realidad es eso. Pierdes una hermosa etapa de tu existir, la inocencia del primer amor. Este golpe puede afectarte e influir en ti de dos formas: Levantarte y crecer a base de esto, o caerte en una inmensa infelicidad y tratar de aferrarte al primer amor lo cual es demasiado enfermizo.
Para quien decida ponerse de pie y salir adelante con él, es un cambio de gran
magnitud en la formación de tu carácter, en tu mente y en tu forma de ver al
mundo. Cuando decides hacerlo, cambian totalmente tus expectativas de vida, te
sientes impulsado por esta fuerza, deseas superarte, prosperar y transcender
sobre esto. Hay quien dice “Lo haré para que vea lo que dejo ir”, “Voy a
cambiar para que la gente no piense que me afecto”, pero NO, esto no funciona
así, en el momento en que decides tomar esta fuerza para cambiar, va por TI, no
es por los demás, no se trata de hacerlo por tu ex-pareja, ni por tus amigos,
ni por tu familia, ni por lo que diga la sociedad, porque en realidad quien
cambiará y va a mejorar eres TÚ, nadie más.
En cambio hay quienes no desean aceptar la realidad, se aferran a la idea de que es el amor de su vida, probablemente le teman a la soledad, a lo mejor tienen miedo de perderlo, en realidad no lo van a perder porque el primer amor no se olvida, no se deja, nunca muere, siempre ocupará un lugar en tu corazón, porque así es como aprendiste a amar, o quizá es en verdad que no pueden o no quieren olvidar, ni desean parar ese “mágico” sentimiento. Existen personas que se apegan a la idea de que deben permanecer siempre con su pareja, hasta el final, se juran amor eterno siendo tan jóvenes y al no ser correspondido se derrumban y se dejan hundir, piensan que es cuando todo termina, sienten que el mundo se les viene abajo, que nunca más van a volver a encontrar un amistad como esa, en realidad nunca encontraran otro igual por lo mismo de que es el primer amor. Se atrapan en un pequeño mundo donde solo piensan en regresar con su antigua pareja, donde piensan que en verdad si tiene solución, pero por lo pronto lo mejor sería que acepten la perdida y lo superen, (Dicen que las mujeres superan y los hombres reemplazamos yo digo que es cuestión de cómo quieran tomarlo), es lo mejor que pueden hacer, levantarse y salir adelante, mejorar porque puede que en realidad el destino si desee que estén juntos y los vuelve a reunir, se adhieren sus caminos, sin embargo, ahí las cosas serán diferentes.
En las novelas y películas, es completamente distinto, es sencillo, fácil, y siempre se permanecen juntos los enamorados y los malos pierden blablablá la misma historia de siempre, en la vida real no todo es miel sobre hojuelas. Hay problemas, discusiones, infidelidades, malos entendidos, bajeza de personas con poca consideración que toman cualquier cosa como un juego y cuando te das cuentas ya estás enamorado, sin embargo para ese individuo nunca fuiste más que una diversión es ahí cuando conocemos el sentimiento opuesto al amor: el dolor.
Ese dolor que nos hiere hasta lo más profundo de nuestro corazón, que a pesar de que lo rompen y lo destrozan en dos mil pedazos no entendemos, somos necios, probablemente nos encanta el dolor, tal vez es sólo que no queremos aprender, pero ni modo así es la vida y así tiene que ser, porque sin sufrimiento no hay felicidad y no tenemos más remedio que decir: “ok así me toco, lo voy a vivir y de esta me voy a levantar”. La diferencia es como reaccionemos ante ello, o bien te atrapan en una intensa infelicidad o te levantas por encima de ellas y te enfrentas a lo que es. Esto es resilencia. Esta cualidad que procede de la física y se refiere a la capacidad de un objeto para recuperar su forma inicial después de soportar una presión que lo deforma. En el ser humano tiene la capacidad de enfrentar la adversidad y salir fortalecidos de ella.
En cambio hay quienes no desean aceptar la realidad, se aferran a la idea de que es el amor de su vida, probablemente le teman a la soledad, a lo mejor tienen miedo de perderlo, en realidad no lo van a perder porque el primer amor no se olvida, no se deja, nunca muere, siempre ocupará un lugar en tu corazón, porque así es como aprendiste a amar, o quizá es en verdad que no pueden o no quieren olvidar, ni desean parar ese “mágico” sentimiento. Existen personas que se apegan a la idea de que deben permanecer siempre con su pareja, hasta el final, se juran amor eterno siendo tan jóvenes y al no ser correspondido se derrumban y se dejan hundir, piensan que es cuando todo termina, sienten que el mundo se les viene abajo, que nunca más van a volver a encontrar un amistad como esa, en realidad nunca encontraran otro igual por lo mismo de que es el primer amor. Se atrapan en un pequeño mundo donde solo piensan en regresar con su antigua pareja, donde piensan que en verdad si tiene solución, pero por lo pronto lo mejor sería que acepten la perdida y lo superen, (Dicen que las mujeres superan y los hombres reemplazamos yo digo que es cuestión de cómo quieran tomarlo), es lo mejor que pueden hacer, levantarse y salir adelante, mejorar porque puede que en realidad el destino si desee que estén juntos y los vuelve a reunir, se adhieren sus caminos, sin embargo, ahí las cosas serán diferentes.
En las novelas y películas, es completamente distinto, es sencillo, fácil, y siempre se permanecen juntos los enamorados y los malos pierden blablablá la misma historia de siempre, en la vida real no todo es miel sobre hojuelas. Hay problemas, discusiones, infidelidades, malos entendidos, bajeza de personas con poca consideración que toman cualquier cosa como un juego y cuando te das cuentas ya estás enamorado, sin embargo para ese individuo nunca fuiste más que una diversión es ahí cuando conocemos el sentimiento opuesto al amor: el dolor.
Ese dolor que nos hiere hasta lo más profundo de nuestro corazón, que a pesar de que lo rompen y lo destrozan en dos mil pedazos no entendemos, somos necios, probablemente nos encanta el dolor, tal vez es sólo que no queremos aprender, pero ni modo así es la vida y así tiene que ser, porque sin sufrimiento no hay felicidad y no tenemos más remedio que decir: “ok así me toco, lo voy a vivir y de esta me voy a levantar”. La diferencia es como reaccionemos ante ello, o bien te atrapan en una intensa infelicidad o te levantas por encima de ellas y te enfrentas a lo que es. Esto es resilencia. Esta cualidad que procede de la física y se refiere a la capacidad de un objeto para recuperar su forma inicial después de soportar una presión que lo deforma. En el ser humano tiene la capacidad de enfrentar la adversidad y salir fortalecidos de ella.
Bueno a lo que voy es que la fuerza que te da la perdida de tu primer amor es
un cambio en tu vida demasiado duro, pretendo levantarme, tomar la fuerza y
salir adelante (Lo estoy logrando), quiero superarme, quiero crecer
interiormente y voy a ser diferente, seré más de lo que soy, inspiraré y
serviré a la sociedad, un digno ejemplo a seguir. Siempre dicen: “Si un amor se
va es porque viene uno mejor”, y yo confío en ese principio. Sólo es cuestión
de tener paciencia, tengo que salir a buscar.
Aquí transcribo un poco de lo que hago a diario como ejemplo de cómo estoy tomando la fuerza del primer amor, y no la recuerdo a cada momento, se trata de superar.
Cada mañana me despierto muy temprano, aún me queda algo de sueño, el sol no ha salido, aun es madrugada, pero mi fuerza de voluntad, y mi poderío por superarme es más intensa que la pereza, pronto me pongo de pie, y agradezco al universo por darme un día más de vida, me miro al espejo y sonrío, ¿Por qué no hacerlo? Tengo todo lo necesario para sonreír: dos manos, ambos pies, puedo ver y oír, estoy sano, tengo a mi familia que me ama, me siento pleno y feliz con ganas y energía para comenzar un nuevo día, empiezo con alegría y con ganas de iniciar, con entusiasmo, yo tengo fe en que cada día puedo ser mejor, a pesar de lo que opinen los demás considero que crezco cada amanecer, que no cometeré los errores que cometí ayer y sin pensamientos negativos ni remordimientos de conciencia ignorando el pasado y despreocupándome por el futuro me dispongo a arreglarme para hacer ejercicio. La actividad física me llena de energía, me hace sentir bien, seguro de mí mismo, eleva mi autoestima y lo disfruto mucho, para mí, estoy en óptimas condiciones, eh crecido como persona, cada vez me siento más confiado con las decisiones que tomo y eh desarrollado mi carácter y una actitud de hacer lo que me propongo, esa actitud es de líderes, es de campeones, es de ganadores. La actividad física segrega endorfinas, una endorfina es una hormona que se produce en el cerebro y que te hace sentir bien, te da felicidad y tranquilidad, te da la sensación de que tienes el control de tu vida, y esto te ayuda para muchos aspectos de tu existencia. Una vida saludable no solo consta de ejercicio y buenos amigos, también hay que tener una buena alimentación.
Aquí transcribo un poco de lo que hago a diario como ejemplo de cómo estoy tomando la fuerza del primer amor, y no la recuerdo a cada momento, se trata de superar.
Cada mañana me despierto muy temprano, aún me queda algo de sueño, el sol no ha salido, aun es madrugada, pero mi fuerza de voluntad, y mi poderío por superarme es más intensa que la pereza, pronto me pongo de pie, y agradezco al universo por darme un día más de vida, me miro al espejo y sonrío, ¿Por qué no hacerlo? Tengo todo lo necesario para sonreír: dos manos, ambos pies, puedo ver y oír, estoy sano, tengo a mi familia que me ama, me siento pleno y feliz con ganas y energía para comenzar un nuevo día, empiezo con alegría y con ganas de iniciar, con entusiasmo, yo tengo fe en que cada día puedo ser mejor, a pesar de lo que opinen los demás considero que crezco cada amanecer, que no cometeré los errores que cometí ayer y sin pensamientos negativos ni remordimientos de conciencia ignorando el pasado y despreocupándome por el futuro me dispongo a arreglarme para hacer ejercicio. La actividad física me llena de energía, me hace sentir bien, seguro de mí mismo, eleva mi autoestima y lo disfruto mucho, para mí, estoy en óptimas condiciones, eh crecido como persona, cada vez me siento más confiado con las decisiones que tomo y eh desarrollado mi carácter y una actitud de hacer lo que me propongo, esa actitud es de líderes, es de campeones, es de ganadores. La actividad física segrega endorfinas, una endorfina es una hormona que se produce en el cerebro y que te hace sentir bien, te da felicidad y tranquilidad, te da la sensación de que tienes el control de tu vida, y esto te ayuda para muchos aspectos de tu existencia. Una vida saludable no solo consta de ejercicio y buenos amigos, también hay que tener una buena alimentación.
Al finalizar me siento muy bien, algo cansado pero con energía, me ducho y me
arreglo y cada día hago lo mejor posible lo que tengo que realizar, es lo que
está al alcance de mis manos para cambiar al mundo, para hacerlo diferente,
antes tal vez no valoraba mi existencia, siempre vivía pensando en el siguiente
momento, o extrañando el pasado, pero la experiencia de mi corta vida me ha
enseñado que lo que en verdad importa es el presente, porque el pasado ya fue y
el futuro es sólo una posibilidad. Cada momento estoy más consciente de lo que
me propuse y de lo que planeo hacer, de que cada vez estoy más cerca de
lograrlo Mi meta es el máximo, ahí es donde deseo llegar, a la cima de la
montaña, no pienso dejarme caer desde la mitad o atascarme y permanecer sentado
a que alguien llegue y me ayude, porque en esta vida si no pones nada de tu
parte no vas a lograr nada, dice un dicho muy sabio “Ayúdate que yo te ayudaré”
y pocas veces reflexionamos en la profundidad de estos modismos, en lo sabios e
inteligentes que son, deberíamos analizarlos y aplicarlos a nuestro existir
cotidiano, no nos caería nada mal y te auxiliaría a perfeccionarte y progresar.
Conclusión
Con este ejemplo concluyo mi ensayo en que la pérdida del primer amor es un arma de dos filos, yo lo veo de esta manera: es como si de pronto te arrojan un navaja, tienes dos opciones sujetarla por la empuñadura y salir adelante para enfrentar los retos que se te aproximen y superarte o tal vez decidas sujetarla del filo y encajártelo para desangrarte y quedarte ahí tirado como pidiendo compasión a los demás, esperando a que alguien se apiade de ti y te recoja te saque el arma y te cure para manchar de sangre a esa persona y detenerla en su camino.
Conclusión
Con este ejemplo concluyo mi ensayo en que la pérdida del primer amor es un arma de dos filos, yo lo veo de esta manera: es como si de pronto te arrojan un navaja, tienes dos opciones sujetarla por la empuñadura y salir adelante para enfrentar los retos que se te aproximen y superarte o tal vez decidas sujetarla del filo y encajártelo para desangrarte y quedarte ahí tirado como pidiendo compasión a los demás, esperando a que alguien se apiade de ti y te recoja te saque el arma y te cure para manchar de sangre a esa persona y detenerla en su camino.
ES TU DECISIÓN,
LA PÉRDIDA DEL PRIMER AMOR ES UN ARMA DE DOS FILOS.
RAY HERNÁNDEZ CASILLAS
Dibujo: Sasory
LA PÉRDIDA DEL PRIMER AMOR ES UN ARMA DE DOS FILOS.
RAY HERNÁNDEZ CASILLAS
Dibujo: Sasory
1 comentarios:
muy buenas reflexiones de amor para meditar y pensar
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